La semana pasada fue un torbellino de decisiones monetarias, marcada por anuncios de nueve centrales bancos, rodeados por los resultados del IPC de principios de semana y concluyendo con los PMI del viernes.
La narrativa predominante se centró en la fortaleza del dólar, que recibió un impulso tras la decisión de la Reserva Federal. No obstante, la solidez del dólar se vio cuestionada por los PMI preliminares de septiembre que indicaban una desaceleración más rápida de lo previsto en el sector de servicios. A pesar de esto, el DXY mantuvo su impulso, marcando su décima semana consecutiva de ganancias.
La culminación de la semana volverá a centrar la atención en los principales bancos centrales a medida que surjan datos esenciales del Banco Central Europeo. Para el BoC, la pausa en el endurecimiento de las políticas podría revaluarse, ya que los próximos datos del PIB podrían empujarlo hacia nuevos incrementos en las tasas. Mientras tanto, en la eurozona, las nuevas cifras de inflación estarán bajo el microscopio.
Dadas las persistentes señales inflacionarias en los datos del PMI de esta semana, en medio de condiciones de crecimiento en declive, existe una posibilidad inminente de que el BCE pueda reevaluar su pausa en el aumento de las tasas de interés, especialmente si los signos de estanflación continúan rondando las perspectivas del euro.
Como el sentimiento sobre el euro es bastante negativo, una gran sorpresa al alza en los datos del IPCA podría ofrecer algunas oportunidades importantes de reversión al alza.

USD 10 semanas de ganancias

El USD continúa su desempeño dominante a medida que el tercer trimestre se acerca a su fin, marcando 10 semanas de ganancias. En particular, las proyecciones del gráfico de puntos de la Reserva Federal, reveladas la semana pasada, indican una extensión de su ciclo de ajuste, con una revisión de la tasa mediana prevista para 2024 al 5,1%.

Esto demuestra la confianza de la Reserva Federal en las perspectivas económicas de Estados Unidos, en contraste con otros bancos centrales que enfrentan indicadores económicos más débiles. En junio, los mercados proyectaban una brecha significativa entre sus expectativas y las proyecciones de la Reserva Federal. Sin embargo, la brecha actual se ha reducido y los mercados valoran una tasa de la Fed del 4,67% para finales de 2024. Si el aumento previsto para 2023 no se materializa, esta proyección se reducirá aún más hasta el 4,85%. Aunque los inversionistas deben seguir siendo cautelosos, dado que las brechas anteriores habían indicado una caída a una región del 4,0% para finales de 2024, los riesgos al alza del dólar están más definidos ahora.
La constante narrativa agresiva de la Reserva Federal contrasta con el debilitamiento de los indicadores económicos globales.
Los PMI del viernes resaltan esta discrepancia: la eurozona insinúa una posible contracción en el tercer trimestre, mientras que Estados Unidos muestra un mero estancamiento. Las cifras de empleo de Estados Unidos siguen siendo sólidas, y el crecimiento del empleo se aceleró hasta septiembre.

Sin embargo, el mercado mundial sigue inquieto debido a los acontecimientos relacionados con Evergrande de China. Los reveses en el proceso de reestructuración de la deuda del promotor inmobiliario pueden empujarlo hacia la liquidación.
Esta incertidumbre arroja una sombra sobre las iniciativas del Banco Popular de China para estabilizar el yuan. El mercado observará atentamente cómo evoluciona esta situación, así como la publicación de otros datos económicos importantes, como el IPC de la zona euro y las estadísticas de actividad de EE.UU.
Además, los acontecimientos políticos en Washington podrían desempeñar un papel en la dinámica del mercado a medida que los legisladores aprueban un nuevo proyecto de ley de gastos, evitando un cierre del gobierno. Para esta semana el calendario es muy ligero, por lo que los mercados podrían centrarse más en los comentarios de la Fed. Sus opiniones podrían influir potencialmente en el sentimiento del mercado durante este período de calma.

En resumen, los traders deberían estar atentos a la evolución del panorama macroeconómico, equilibrando el boyante sentimiento económico estadounidense en un contexto de incertidumbres globales. La trayectoria del dólar estadounidense sigue siendo ascendente por ahora, pero las presiones externas podrían introducir volatilidad en las próximas semanas.

Dado que los datos de la CFTC muestran que el USD se ha posicionado agregado en el percentil 90 en las últimas 52 semanas, los alcistas del USD deberían estar cansados ​​de las mayores posibilidades de una contracción en caso de que se presente un fuerte catalizador negativo en la próxima semana.

La libra esterlina lucha

La libra esterlina ha recibido un golpe recientemente, emergiendo como el rezagado potencial en el grupo de monedas del G10 durante el tercer trimestre. El punto de inflexión más notable fue la decisión del Banco de Inglaterra (BoE) la semana pasada. El banco optó por mantener el tipo bancario, una medida que parecía acertada, ya que se produjo tras unas cifras débiles del PMI inferiores a lo previsto. Sin embargo, los mercados ya han valorado la medida del banco con mucha antelación. Varios factores han agravado los problemas de la libra esterlina.

Revaluación de las expectativas sobre las tasas: las decisiones de la semana pasada del Banco de Inglaterra han llevado a una reevaluación significativa de las expectativas sobre las tasas internas. Con la revelación de que la inflación está disminuyendo más rápido de lo previsto y las recientes decisiones de mantener las tasas sin cambios, el mercado tiene cada vez más dudas sobre nuevas subidas de las tasas. En este sentido, las probabilidades de una subida de las tasas en noviembre son apenas del 25%, mientras que las posibilidades en diciembre son del 50%. Indicadores económicos: Los datos recientes del PMI insinuaban una desaceleración acelerada de la economía del Reino Unido, lo que exacerbaba las preocupaciones sobre las perspectivas económicas del país. Postura del Banco de Inglaterra: El banco central considerará un conjunto más de datos sobre inflación y salarios antes de su reunión de noviembre.

Sin embargo, el sentimiento predominante entre los analistas, incluido nuestro equipo interno, es que el Banco de Inglaterra puede mantener las tasas, lo que señala la culminación de su ciclo de ajuste. El calendario de esta semana para el Reino Unido es relativamente ligero en cuanto a datos importantes, siendo las cifras finales del PIB del segundo trimestre la notable excepción. Además, está previsto que sólo dos miembros del Banco de Inglaterra hablen esta semana. Sin embargo, dada la trayectoria actual y la ausencia de publicaciones significativas, es poco probable que la postura del mercado sobre las acciones futuras del Banco de Inglaterra se vea afectada significativamente.

Desde la perspectiva del comercio de divisas:

EUR/GBP: Este par ha subido hasta 0,8700, pero mantener estas ganancias puede ser un desafío. El impulso del euro es tibio y gran parte de la revalorización moderada de la curva de Sonia ya se ha producido. Sin embargo, un IPC robusto en la eurozona podría inclinar la balanza.

GBP/USD (Cable): La posición de la libra esterlina frente al dólar es precaria y existe un riesgo tangible de que el par se acerque a la marca crucial de 1,2000, especialmente si el dólar continúa su trayectoria ascendente.

En resumen, la reciente caída de la libra esterlina fue precipitada por una combinación de indicadores económicos y la postura política del Banco de Inglaterra. Los traders deberían estar atentos a cualquier comentario de los portavoces del Banco de Inglaterra esta semana, ya que podrían proporcionar pistas sutiles sobre la dirección de la política monetaria del banco central.

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